La queratitis UV o queratoconjuntivitis UV son los términos médicos designados para las quemaduras cornales causadas por la exposición directa a los rayos solares, sin que la persona sea consciente que se encuentra expuesta a una luz de alta intensidad y muy nociva para los ojos.
Tanto las sustancias químicas, ácidas, alcalinas, y los agentes térmicos artificiales como la luz de arcos de soldadura y distintos tipos de lámparas solares producen quemaduras cornéales, pero la mayor cantidad de casos de lesiones a la córnea por quemadura resultan a causa de la luz solar.
Cuando los rayos solares se reflejan en ciertas superficies como la nieve, arena e incluso pavimento de colores claros, aumenta el índice de intensidad de luz y de radiación UV en el ambiente, lo que proporciona un contexto indicado y muy propicio para las quemaduras oculares.
Cuando son leves sanan y remiten en pocos días, pero no deja de ser importante consultar a un especialista aunque no causen mayores molestias ni secuelas permanentes en los ojos.
Si la quemadura es severa, es necesario acudir a un especialista o a un centro de salud asistencial de urgencia donde se establezcan las medidas pertinentes para que el ojo sufra la menor cantidad de daños posibles, y no existan secuelas en la vista como perdida total o parcial de la visión.
Los principales síntomas o molestias son dolor e hinchazón en el ojo, secreción, edema, la visión puede volverse borrosa, y los lugares iluminados con luz muy brillante pueden causar muchas molestias, estos síntomas pueden comenzar entre 6 y 12 horas después de la quemadura
Prácticas simples, como usar gafas de sol que filtren los rayos ultravioleta cuando se esté al aire libre y bajo una luz solar muy brillante: en la nieve, el agua, la arena, el cemento y las grandes alturas y nunca mirar al sol directamente, son hábitos básicos para evitar una posible quemadura corneal.
En el caso que la luz sea artificial es indispensable usar anteojos especiales protectores al trabajar con herramientas de soldadura o cuando se use una lámpara solar o un aparato para broncearse. El hecho de cerrar los ojos o colocarse parches de algodón no protegen en ningún caso contra las quemaduras oculares.