Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
Los niños pueden sufrir varios problemas oculares. Estas patologías podrían repercutir en su rendimiento académico, por lo que el método más habitual de corrección es la utilización de lentes ópticos.
Sin embargo, usarlos puede generar el llamado “bullying” entre los compañeros de colegio, que hacen sentir desanimado al niño y el posterior rechazo hacia sus lentes. Al no utilizarlos, las complicaciones oculares se perpetúan y se agravan.
Estas constantes críticas y agresiones podrían causar una baja en el rendimiento académico del menor, así como depresión y problemas para sociabilizar. En casos graves, el niño puede hasta desertar del colegio.
Para evitar que el niño no desee ocupar sus anteojos, es de suma importancia que participen en el momento de seleccionarlos. Al tener un diseño atractivo y sentir que tienen buen aspecto, el infante recobrará su confianza en sí mismo.
Por otra parte, los padres deben contribuir al refuerzo de la seguridad y autoestima de sus hijos, enseñándoles valores distintos al del aspecto físico. Además, deben recordarles constantemente que los lentes son una señal de inteligencia y que, si los correctores visuales cuentan con un diseño interesante, podrán ser aceptados entre sus pares.
