Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
Los derrames oculares son hemorragias que ocurren debajo de la conjuntiva. Ocurren cuando se rompe un pequeño vaso sanguíneo, produciendo una mancha roja en el ojo. Es una anomalía bastante común e inofensiva, que no ocasiona problemas de visión ni síntomas.
Las causas pueden ser de diversa índole. Situaciones de la vida cotidiana como movimientos bruscos, fuerte tos o vómitos podrían ser factores. También patologías como diabetes, subidas de presión sanguínea o cualquier enfermedad que provoque variaciones en la coagulación, son potenciales causales.
Por ende, medicamentos que inciden en la presión arterial y la coagulación, igualmente podrían ocasionar derrames como efecto secundario.
Generalmente, se trata de una situación inofensiva, que afecta sólo de manera estética y se recupera sin tratamiento. Al pasar un par de días, la reabsorción vuelve a la normalidad al globo ocular.
Sin embargo, si el derrame se debe a un traumatismo, es recomendable someterse a un examen oftalmológico para descartar otro tipo de lesiones en el ojo.
Asimismo, si se presenta de forma frecuente, es necesario monitorear la presión arterial para descartar alguna enfermedad sistémica.
En conclusión, las medidas a tomar para esta anomalía son externas al ojo, puesto que estos derrames no tienen ninguna asociación con otros síndromes visuales.
Fuente: http://cuidatuvista.com/