Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta
El problema ocular más frecuente durante el invierno es la sequedad. Este malestar se expresa en la sensación de quemazón o de un cuerpo extraño dentro del ojo. Gracias a la calefacción y las ventanas cerradas, el nivel de humedad se disminuye considerablemente en los globos oculares.
Estar mucho tiempo afuera en un día con mucho viento también ayuda a la sequedad visual. Los pacientes que sufren más incomodidad son las que poseen el síndrome del ojo seco, que implica síntomas como vista borrosa, enrojecimiento, dolor ocular y abundante lagrimeo. Esta última manifestación da para compensar la carencia de humedad.
La sequedad visual se puede enfrentar bebiendo más líquido. Asimismo, parpadear con mayor frecuencia también ayuda, especialmente al realizar labores donde se reduce el número de parpadeos por minuto (como al estar frente al computador).
Como en invierno las temperaturas descienden y hay presencia de lluvia, pasamos más tiempo dentro de la casa viendo televisión, buscando algo en internet o leyendo, por lo que la fatiga visual y sequedad ocular son más comunes. Para evitar esta situación, se aconseja realizar descansos frecuentes mirando objetos que estén lejos por algunos minutos.
Por último, y lo más importante, es acudir periódicamente a revisiones oftalmológicas para descartar cualquier anomalía.
Fuente: http://saludbio.com/