Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
El embarazo trae una serie de cambios en el organismo de la mujer. Lamentablemente, una anomalía corresponde a que en la etapa de gestación pueden existir complicaciones oculares.
Debido a cambios hormonales, las migrañas son comunes. Estos dolores de cabeza generalmente generan fotofobia. Asimismo, debido a estas molestias en la cabeza puede haber una disminución temporal de la visión.
Por otra parte, problemas existentes como la hipermetropía o astigmatismo- por citar algunos- pueden agravarse en este periodo. Por este motivo, la embarazada podría necesitar cambiar la graduación de sus lentes ópticos o de contacto.
En tercer lugar, tenemos la disminución de las secreciones lagrimales, generando una resequedad. No obstante, esta complicación es pasajera y desaparece luego del parto. El especialista recetará unas gotas oftálmicas adecuadas para esta etapa. También, durante las mañanas es común la hinchazón de párpados.
Además, los niveles de glucosa elevados pueden derivar en una visión nublada o doble y visión de manchas en el campo visual. Estas dos molestias pueden ser señales de la presencia de hipertensión ocular, condición que favorece el desprendimiento de retina. La hipertensión por sí misma no conlleva a un problema ocular, pero las embarazadas que sufren de presión alta son propensas a desarrollar una retinopatía diabética o desprendimiento de retina. Esto significa una complicación visual severa y permanente.
Si estás embarazada y presentas alguno de estos síntomas, debes acudir a la brevedad donde tu ginecólogo y oftalmólogo, a modo de prevenir afecciones graves. Asimismo, el ejercicio y alimentación balanceada asesoradas por un médico son medidas para evitar estos desafortunados problemas.
Fuente: http://www.bebesymas.com/
