La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes; la misma está causada por el deterioro de las arterias y venas que irrigan la retina y llevan el oxígeno y nutrientes que ésta necesita.
Este deterioro determina, por un lado, que se pueda filtrar líquido fuera de los vasos, produciendo un edema o hinchazón de la retina, lo que impide que ésta pueda procesar correctamente las imágenes. Por otro lado, se puede producir una escasez de oxígeno, también llamada isquemia de la retina. Esta isquemia determina que el ojo, en un intento de llevar más oxígeno a la retina, forma vasos sanguíneos nuevos, o neovasos, que son frágiles y sangran con facilidad. Los riesgos de desarrollar una retinopatía diabética aumentan a medida que la enfermedad evoluciona, y dependen en gran parte del control de la glucemia. Hasta el 80% de los diabéticos desarrollan algún grado de retinopatía luego de 15 años de evolución de la enfermedad.
Ricardo Bittelman