Fabricados ilegalmente y comercializados en playas, en la calle o en ópticas regulares, los lentes de sol sin protección a los rayos UV perjudican la visión y causan daños que no imaginamos.
Al comprar lentes de sol no hay que guiarse por el tono oscuro de éstos, ya que no es indicador de prevención de enfermedades oculares. Las gafas oscuras reducen la intensidad de la luz, lo que hace que las pupilas se dilaten. Al comprar lentes de sol se debe exigir que el lente sea de policarbonato para obtener 100% de protección contra los rayos solares UVA y UVB.
Los colores más recomendados para las gafas son gris y café, ya que mejoran el contraste, absorben la luz solar y no alteran la percepción de colores. Hay que tener precaución al momento de adquirir lentes de sol, ya que abundan las imitaciones, las cuales tienen efectos nocivos para la visión.
Utilizar lentes de sol sin protección a los rayos UV puede producir desde un simple dolor de cabeza hasta cansancio visual y aumenta el riesgo de enfermedades como conjuntivitis, queratócono, terigios y cataratas.
Cada gafa de sol debe adaptarse a las características y necesidades del usuario para que su visión sea óptima. En definitiva, la adquisición de unas gafas de sol debe hacerse en establecimientos autorizados en donde se tenga en cuenta estos factores bajo la supervisión de un especialista capaz de aconsejar el filtro de protección solar más adecuado al cliente.
Ricardo Bittelman
