Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
El glaucoma es una patología complicada que tiene diversos factores de incidencia y muestra características determinadas, como la pérdida del campo visual y un daño en el nervio óptico. Aunque el incremento de la presión en el interior del ojo (PIO) está presente en la mayoría de los casos de esta enfermedad, las personas con un PIO normal también pueden padecer de glaucoma.
No hay un nivel de presión ocular alta determinado que conlleve al desarrollo del glaucoma. Asimismo, no existe un nivel bajo de PIO que suprima de manera total las probabilidades de presentar esta enfermedad.
La presión ocular se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). Los índices normales oscilan entre los 12 y 22 mm Hg y, cuando se excede este número y no hay síntomas de glaucoma, se considera que existe una hipertensión ocular.
La presión ocular alta por sí misma no es generadora de glaucoma. No obstante, puede constituir un factor relevante de riesgo. Los pacientes que han sido diagnosticados de hipertensión ocular deben realizarse exámenes visuales periódicamente, con el objetivo de controlar los posibles signos del glaucoma.
Si tu riesgo de hipertensión ocular es alto, se aconseja someterse a exámenes visuales completos todos los años, especialmente desde los 35 años en adelante.
Fuente: http://www.glaucoma.org/