Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
El vítreo corresponde a un líquido transparente y gelatinoso adjunto a la retina. Formado por células, agua, ácido hialurónico y fibras colágenas, ocupa la zona entre la superficie interna retiniana y la parte posterior del cristalino. Al ser una sustancia clara, permite que la luz alcance a la retina. Su otra función es darle la forma al globo ocular.
Al transcurrir los años, la sustancia se va haciendo más líquida. Esto a veces genera una separación repentina del vítreo con la retina, problema ocular que se denomina desprendimiento vítreo posterior. Esta situación es bastante habitual en pacientes mayores de 65 años.
Este proceso no debería representar mayores problemas, a menos que avance hasta un desprendimiento de retina o hemorragia vítrea. Por este motivo, toda persona que padezca esta afección debe acudir a un control oftalmológico que descarte las anomalías más graves señaladas. De existir estas complicaciones, se necesitará una intervención quirúrgica.
Son más propensas las personas que padecen de miopía y que han sufrido traumatismo ocular. En cuanto a quienes leen con gran frecuencia o se exponen mucho tiempo ante la pantalla del computador, no existe asociación entre la patología y estos hábitos.
Aunque el inicio del cuadro no exhibe síntomas, en ocasiones las personas ven “moscas’’ o “manchas’’ flotantes, que se mueven según el movimiento del ojo y se hacen menos perceptibles con el tiempo. No obstante, si estas manchas persisten durante un periodo muy largo, si cambian de tamaño y cantidad o si surgen destellos de luz, es aconsejable acudir a un especialista para descartar una lesión en la retina.
Fuente: http://www.teinteresa.es/