Se trata de un firme endurecimiento, del tamaño de un chícharo o del hueso de una cereza, que se asienta en el párpado y que persiste largo tiempo.
Se define como una inflamación crónica de las glándulas sebáceas o glándulas de Meibomio del párpado como consecuencia de un taponamiento o estancamiento de su secreción.