Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
Parpadear siempre ha sido una función asociada a la lubricación de los ojos, favorecer su movimiento y la eliminación de sustancias que se acumulen en estos. No obstante, siempre ha sido una interrogante científica la gran frecuencia con la que parpadean los seres humanos, ya que para lograr una buena condición lubricante basta una repetición menos constante de este proceso.
Posteriormente, estudios determinaron que una persona parpadea alrededor de 15 y 20 veces por minuto, lo que suma un 10% del día con los ojos cerrados. Una investigación concluyó que este periodo sirve como un descanso cerebral.
El estudio, publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias, consistió en exhibir un video del personaje británico Mr. Bean. Los científicos dieron cuenta de que cuando el ojo está cerrado actúa como descanso cerebral, desactivando las zonas somatosensorial y las encargadas de la visión. Además, el mecanismo ayuda a prestar más atención cuando se vuelve a estar enfocado en lo que se estaba observando.
Por otra parte, la observación determinó que el parpadeo se realizaba al cambio de escena o término de algún diálogo, por lo que el cerebro descansa en los momentos precisos.
Fuente: http://www.ojocientifico.com/