Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
Una alimentación inadecuada afecta a una serie de órganos, entre ellos nuestros ojos. Por ende, la pérdida o disminución de la vista no sólo se debe a enfermedades congénitas o adquiridas a lo largo de la vida: la nutrición también juega su papel.
El proceso de visión se consigue a través de un mecanismo fisiológico relacionado al sistema nervioso y nutrientes determinados. Si uno de estos factores no realiza su labor, se presentarán problemas oculares.
Las siguientes vitaminas son importantes para que la visión se lleve a cabo de manera satisfactoria:
Vitamina A: está relacionada de manera directa con la visión. Su carencia la disminuye, sobre todo en espacios con ausencia de luz. Se podría producir sequedad ocular, inflamación de los párpados y úlceras en las córneas. Podemos encontrarla en lácteos, tomates, espinacas, zanahorias, verduras y yema de huevo.
Vitamina C: importante para reducir el riesgo de aparición de cataratas. Asimismo, al ser un antioxidante imprescindible, su ausencia puede contribuir en el desarrollo de la degeneración macular. La encontramos en cítricos, tomates, melón, verduras de hojas verde y repollo.
Vitamina E: Junto con las vitaminas A y C, mezcladas con luteína, disminuyen significativamente las probabilidades de sufrir cataratas. Está presente en los espárragos, melón, tomate y palta, entre otros.
Luteína: sirve para prevenir las cataratas, además de cuidar los ojos de la radiación solar. Está en el tomate, espinaca, zapallo, pimentón. Maíz y verduras de hojas verde.
Riboflavina B12: relevante antioxidante. Se encuentra en harinas integrales, levadura de cerveza, verduras y leche.