Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
El tracoma es una enfermedad ocular infecciosa, siendo una de las tres principales causas de ceguera en el mundo dejando alrededor de 6 millones de personas no videntes. Esta patología crónica es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, siendo endémica en ciertas zonas rurales de América del sur, América Central, África y en algunos países asiáticos.
La afección se contagia por el contacto directo con el ojo o nariz contagiados, secreciones de garganta u objetos infectados, como ropa o toallas. Por otra parte, algunos tipos de moscas también pueden transferir el microorganismo. En síntesis, las condiciones poco higiénicas del entorno propician a la propagación de la bacteria.
Si bien es más habitual en niños, si la enfermedad se mantiene durante un lapso prolongado, la constante inflamación provoca la inversión del párpado, lo que obliga a las pestañas a deteriorar la córnea y ocasionar cicatrices. También se manifiesta con secreción de los ojos, opacidad corneal e inflamación de los ganglios linfáticos.
La incubación tiene una duración de entre 5 y 12 días, donde luego comienzan a aparecer los síntomas mencionados.
Al comienzo de la anomalía, la administración de antibióticos previene inconvenientes a futuro. Sin embargo, en casos más agudos, se necesita cirugía en el párpado para evitar la cicatrización crónica que produce ceguera.