Recopilado por Ricardo Bittelman Saporta, oftalmólogo
La degeneración macular es una patología visual que afecta al centro de la retina, en personas mayores de 60 años. Después de la diabetes, es la segunda causa más común de ceguera en la tercera edad.
Se da por una alteración en las formaciones que permiten la transmisión de nutrientes hacia la retina y de eliminar los desechos que ésta origina. De esta forma, se pueda dar la muerte del tejido, lo que culmina con la degeneración macular seca. Esta versión del síndrome afecta al 90% de los pacientes.
Por otra parte, cuando los vasos sanguíneos crecen de forma irregular rompiendo las estructuras, se produce una degeneración macular húmeda. Ésta puede ocasionar la pérdida de la visión en central en un corto lapso.
Otros factores que inciden en el desarrollo de esta enfermedad son poseer niveles altos de colesterol, fumar o antecedentes familiares relacionados.
No se presenta ningún síntoma de dolor o molestia. Sin embargo, aparecen dificultades como: sensibilidad a luces intensas o ver luces que no existen, visión borrosa, alteración en la percepción de distancias y alturas, entre otras.
Para los pacientes que padecen la forma húmeda de la enfermedad, existe un tratamiento llamado ‘’terapia fotodinámica’’, en donde se procede a cerrar de manera selectiva los vasos irregulares que han crecido en la retina. Así, se estabiliza la visión. Cabe mencionar que la vista no mejora ostensiblemente, sino que el objetivo es evitar la progresión del síndrome.
Medidas preventivas como una alimentación con bajo colesterol, cuidar los ojos de los rayos UV y dejar el cigarro son métodos que también ayudan a retrasar la aparición de este indeseable padecimiento.