Frecuentemente hay pacientes con padecimientos visuales como astigmatismo, miopía, hipermetropía y en ocasiones vista cansada o presbicia, que se sienten aptos para realizarse una cirugía láser, todo esto sin pasar previamente por la supervisión de un experto, cosa que no debe hacerse por moda, sino por necesidad.
Expertos de Estados Unidos comentaron que es de suma importancia atenderse con un especialista para saber si el paciente puede calificar para una cirugía refractaria y cuente con el procedimiento adecuado.
Se necesita establecer que cada paciente tiene un padecimiento distinto, por lo que no es prudente generalizar sobre el tratamiento a aplicar, comentaron los expertos.
Además precisaron que un porcentaje, aunque bajo, de los pacientes no aplican para una cirugía, por lo que es de vital importancia analizar los casos de manera individual y encontrar la mejor alternativa para su curación.
Las personas que no pueden enfrentar una intervención de este tipo son las que padecen enfermedades de la Colágeno (Artritis Reumatoide, Lupus Eritematoso Sistémico, entre otras), así también las mujeres embarazadas o que estén en periodo de lactancia, pacientes con cicatrices o enfermedades a la córnea como el queratocono.
Añaden también que no es recomendable una operación de este tipo en aquellas personas que tienen un solo ojo funcionante o que padezcan de glaucoma o diabetes, y que ambos estén muy avanzados.
El rango idóneo de edad para los posibles candidatos es entre 18 y 60 años o mayores, siempre y cuando se tenga una buena salud y no existan otros problemas oculares.
